Carta a mis lectores

 


Hola mis queridos lectores!

 

Mientras realizo recetas médicas recuerdo una charla que tuve con Marisel, una paciente de 36 años que consulta por dolores de espalda.  Ella tiene una escoliosis dorsal, es leve y los dolores los ha tenido desde hace mucho tiempo pero han empeorado en los últimos días.  Su trabajo es de oficina poco más de 8 horas, cursó dos embarazos y me refiere que no hace ninguna actividad física debido a sus dolores.

Hoy no les voy a hablar de dolores sino de la importancia de realizar actividad física.

Tengamos en cuenta algo tan simple de lo cual no tenemos conciencia; la gravedad es aquella fuerza que nos mantiene pegados a la Tierra, de otra manera estaríamos flotando por allí.  Bueno, algo tan simple como levantar un brazo, levantarnos de la silla, pararnos, levantar un bolso, hacer upa a nuestros hijos, desplazarnos…  Esos movimientos tan cotidianos implican tener en orden nuestros huesos, nuestras articulaciones, los tendones, los músculos para poder hacerles frente a esa fuerza de gravedad.

Alguna vez te pusiste a pensar en eso? Tomaste conciencia de que cuidar tu cuerpo implica no sólo descansar, alimentarse sanamente, cuidar nuestras emociones sino también implica cuidar “nuestro esqueleto”?

Volvemos a Marisel.  Sus dolores estaban relacionados probablemente a la postura que ella adoptaba en su trabajo, en su falta de actividad física, en su escoliosis... El consejo médico fue realizar kinesiología y fisiatría y luego comenzar a realizar actividad física constante adecuada a su cuerpo y sus posibilidades...  Pues bien, luego de unos meses Marisel volvió a la consulta y sus dolores habían mejorado muchísimo, de hecho muchas veces no los tenía y no solo en ese aspecto había mejorado. Me comenta que su descanso era más reparador, su estado de ánimo había mejorado y por supuesto sus análisis habían mejorado!

Poner en movimiento nuestro esqueleto, en un movimiento adecuado y controlado es super importante para mantener en orden esa columna, las caderas, las rodillas los codos, las muñecas y todas las articulaciones que te imaginas. Libera sustancias llamadas endorfinas que alimentan gratamente nuestro estado de ánimo y por supuesto mejora nuestra capacidad cardiorespiratoria.  Nos conecta con nosotros mismos, con los demás y muchas veces con la naturaleza.

 

Te prometo que el tiempo va a pasar igual, hagamos lo que hagamos, por eso te aconsejo: sacá el piloto automático y tomá la riendas de tu vida, de tu mente, de tu alma y de tu esqueleto (cuerpo).

 

Dra. Véronica  Pacin



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