Ante todo, hola!!! y sean bienvenidos!!
Me encuentro escribiendo esta carta para hablarles un poco de mí. Qué les puedo
decir?
Estudié en la prestigiosa y conocida UBA la carrera de Medicina. Mi especialidad: Medicina General y de
Familia. La transité en el Hospital San Calos de la ciudad de Casilda. Cuántos años de estudio fueron? Más o menos 11 años, o algo así… Fueron muchos
y la realidad es que nunca se deja de estudiar en ésta hermosa profesión. Una
especialidad tan completa con foco en la familia y en la promoción de la salud y
la prevención de la enfermedad.
Salud, cuya definición es según la OMS
: ausencia de enfermedad
Muchas cosas he estudiado en la facultad, pero hubo por lo menos una
importante a la que no se le daba tanta importancia (según mis experiencias) … Si,
mis queridos lectores…. Y ahora les paso
a contar:
La verdad que mientras nos enseñaban de la química
de los fármacos, las células que se enferman o se sanan, de los signos y
síntomas de las personas,
de la ubicación anatómica de una u otra parte del cuerpo u órgano…. nunca
nos enseñaron, o por lo menos mencionaron la importancia que nuestras
emociones y nuestros pensamientos tienen para nuestra salud.
Les paso a contar una de mis tantas experiencias. Tengo un paciente
que se llama Simón; lo conozco hace más de 6 años. Un día Simón comienza con un cuadro de
broncoespasmo leve, no los hacía con frecuencia y siempre eran casos leves de
dos o tres días. Pues bien, en esa
oportunidad, Simón tuvo un cuadro que evolucionó de manera muy distinta…
El cuadro de broncoespasmo se iba complicando cada día más hasta que llegó el
momento en que le dije a la mamá que si para el día siguiente no mejoraba a Simón lo tenía que internar. Al día siguiente fui a controlar a Simón. Yo
estaba haciendo todo lo médicamente correcto pero estaba casi segura que esa
mañana lo tendría que internar…. Por
esos meses la familia estaba transitando una situación compleja. Entro a la casa, saludo a su mamá, lo saludo
a él -que lo veía muy bien- y cuando
comencé a revisarlo el examen físico era normal! … Tal fue mi asombro
que le pregunté a la mamá qué le había hecho.
Así nomás: “Mariela, ahora me vas a contar que le hiciste”… y ella con
la humildad y seriedad que la caracteriza me contestó … “Reiki” ….. y desde ese momento todo cambió….
A Simón lo estaba afectando la situación por la que atravesaban sus padres?
El Reiki lo sanó? La Medicina lo curó?
Qué te puedo contar? Se presentó
ante mí un mundo que no conocía y de pronto la información se abrió con cada
página.
Las Neurociencias, la Programación
Neurolinguística, la Biodescodificación, la Psicobiología social, la Nueva Medicina
Germánica, el Reiki y tantas otras terapias complementarias... todas con más de 30 años de estudios
y otras, milenarias.
Ninguna moda… simplemente ahora están a nuestro alcance.
Cuidar nuestra salud no es simplemente alimentarse, descansar bien, hacer
ejercicio….
Cuidar la salud es también un mundo de conciencia:
cuidar nuestro diálogo interno, cuidar nuestras emociones, cuidar cómo y
con quién nos relacionamos, cuidar lo que decimos y lo que callamos…
La medicina muchas veces cura… pero no sana...
Para sanar tenemos que tomar conciencia, sacar el
piloto automático, hacernos cargo y ser conductores de nuestra propia vida.
Dra. Verónica Pacin
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